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Alimentación

Es suficiente poner en un buscador de internet “alimentación y cáncer” para acceder a una cantidad ingente de información sobre este tema, información muchas veces contrapuesta que a menudo confunde a pacientes y familiares; unos plantean que la alimentación no influye para nada en el desarrollo o curación del cáncer; hay quien relata que consumir un determinado tipo de alimento de una determinada manera prevendrá o curará por si solo la enfermedad, diferentes grupos y organizaciones defienden las bondades de diferentes tipos de dietas, etc., etc., etc.

Ante este panorama el objetivo de este artículo es exponer algunos hechos difícilmente discutibles desde el punto de vista científico y desde el sentido común, y discutir una creencia extendida en nuestra sociedad, para que a partir de ahí cada persona pueda pensar, documentarse, investigar, y en su caso consultar con profesionales debidamente formados que puedan a ayudarle a establecer hábitos alimenticios que colaboren a mejorar su estado de salud y en su caso colaborar a curar el cáncer; todo ello de forma complementaria a su tratamiento médico.

Hecho nº 1. Los síntomas y enfermedades no son fenómenos que ocurran “sin sentido y al azar” ¿conoce algo en el mundo que ocurra sin que intervengan una o varias causas? ¿por qué la enfermedad debería regirse por otras reglas? Somos los responsables últimos de nuestra salud, el dolor y la enfermedad es la señal de que le hemos hecho algo a nuestro cuerpo que a éste no le gusta, y lo hemos hecho sabiéndolo, por ejemplo comer todos los días alimentos ricos en grasas después de que el médico nos ha advertido que tenemos altos los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre; o lo hemos hecho no sabiéndolo, como cuando consumimos productos con gran cantidad de conservantes, colorantes, acidulantes, saborizantes, etc. que nuestro cuerpo tiene serias dificultades para eliminar.

Hecho nº 2. Los genes, por sí solos, no determinan el desarrollo ni la evolución del cáncer. Podemos afirmar que los genes son cruciales para cualquier proceso biológico, incluido el cáncer, pero también se dispone de evidencia científica sobrada de que funcionan únicamente cuando son activados, o expresados. A la investigación científica que hace que los determinados genes se expresen o no, se dedica la disciplina científica “Epigenética”.

¿Dónde pueden estar las causas que determinan esa expresión génica? Causas puede haber muchas, pero lo que es seguro es que algunas están en el medio donde se desarrolla la vida del ser humano, y no existe ninguna evidencia científica que permita excluir a una incorrecta nutrición de entre ellas. De hecho, lo que hay son muchas que señalan que esta es una de las principales.

Hecho nº 3. La buena nutrición promueve la salud en todas las áreas de nuestra existencia. ¿no lo cree? Usted es inteligente, investigue: busque a su alrededor a 10 personas de relativa confianza, que coman regularmente: productos precocinados que contienen productos químicos con abreviaturas en su etiqueta del tipo E 181, E210, etc.; bollería industrial; bebidas azucaradas; carnes procesadas y embutidos, chucherías y productos edulcorados; pregúnteles cómo se sienten, si le duele algo y cómo son sus análisis sanguíneos. Ahora pregunte lo mismo a personas que consuman productos ecológicos e integrales, que no tomen lácteos ni alimentos edulcorados artificialmente ¿Cuál es su conclusión?

Hecho nº 4. “La misma nutrición que previene la enfermedad en sus estadios tempranos (antes del diagnóstico) puede también detenerla o revertirla en sus estudios más avanzados (después del diagnóstico)”[1]. Esta afirmación puede resultarle chocante, provocadora, incluso puede enfadarle; la psicología explica perfectamente cómo los seres humanos reaccionamos a los hechos y opiniones que se oponen a nuestras creencias o hábitos, básicamente: negación, discusión u olvido selectivo de esta información.

No caiga en la trampa, permítame invitarle de nuevo a dedicar un poco de tiempo a averiguar si los que sostenemos esta posición podemos tener algo de razón, después de todo hasta que enunciamos el hecho número 4 no decíamos cosas que le parecieran tan extrañas. Me permito recomendarle la lectura del libro “El Estudio de China”, de T. Colin Campbell, el libro que recoge las conclusiones de la investigación más exhaustiva y completa realizada hasta la fecha sobre salud y nutrición, resultado de veinte años de colaboración entre la Universidad de Cornell, la Universidad de Oxford y la Academia China de Medicina Preventiva, cuyo autor ha recibido entre otros el premio otorgado en 1998 por el Instituto Americano para la Investigación del Cancer “en reconocimiento a una vida llena de logros importantes en la investigación científica… en el campo de la dieta, la nutrición y el cáncer.

[1] Campbell, T. Collin y Campbell, Thomas M. “El Estudio de China”. Editorial Sirio, 2011.

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Homeopatía y cáncer

Empezaremos aclarando que la homeopatía no es un tratamiento para el cáncer, sino que juega su papel en la disminución de efectos secundarios y en la mejora de la calidad de vida del paciente oncológico.

Debería de definirse, por ello, como una medicina complementaria, y no alternativa a los tratamientos oncológicos.

La utilización de este tipo de terapias, ha sufrido un aumento constante. Se calcula que el 33% de los pacientes lo usaban en 1990, el 47% en 1997 y ya el 70% en 2003 (* datos de población francesa).Las razones de su uso son: la estimulación del sistema inmunológico, la mejora de la calidad de vida y la minimización de efectos secundarios.

En Europa, se calcula que el 35% de los pacientes oncológicos recurren a terapias complementarias , estando en primer lugar la fitoterapia y en segundo la homeopatía.

Muchos de los pacientes, no habían acudido nunca antes a terapias complementarias, y lo hacen tras el diagnóstico del cáncer con la intención de minimizar los efectos secundarios y reforzar las defensas propias.

Los usuarios de estas terapias declaran en el 97 % de los casos mejora del estado general, disminución de la fatiga en el 93% y mejora de las naúseas y vómitos en el 85 %.

PERO OJO….!!!

Debemos insistir en el hecho de que se trata de una medicina complementaria y no una alternativa a las terapias oncológicas tradicionales.

La ausencia de tratamiento oncológico pautado por los profesionales adecuados, puede llevar al paciente con cáncer a una pérdida de oportunidad con consecuencias muy graves.

El uso de homeopatía pura, prescrita por el personal adecuado, no supone efectos secundarios adiccionales ni interacciones medicamentosas posibles.

Pero esta situación no es extensible a todas las medicinas complementarias.

Muchos de los principios que se administran como “naturales y atóxicos”, pueden presentar interacciones farmacológicas con los quimioterápicos.

La SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) ha puesto a dsiponibilidad de los pacientes una página web en la que pueden consultarse todas estas cuestiones: www.oncosaludable.es

Concluyendo: busquen profesionales adecuados y bien formados y nunca abandonen los tratamientos convencionales pautados por su oncólogo médico.

Las terapias complementarias pueden ser de gran ayuda, si se utilizan de forma correcta.

 

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Deporte

Antes:

Son muchos los estudios que nos indican que llevar una vida activa físicamente pueden reducir innumerables enfermedades y, por supuesto, entre ellas el cáncer. Son suficientes evidencias científicas las que demuestran que la actividad física puede proteger fundamentalmente frente al cáncer de mama y de colon. Y lo mejor de todo es que nunca es tarde para empezar ya que, independientemente de la edad a la que se comience a realizar dicha actividad, se obtiene un beneficio frente al cáncer, así que, si todavía no haces ejercicio…estás a tiempo de empezar.

 

Durante:

Se ha hablado mucho de lo bueno que es el ejercicio para prevenir pero, a día de hoy, ya podemos decir que el ejercicio físico puede beneficiarte durante los tratamiento, reduciendo el nivel de estrés, de cansancio, los problemas de sueño entre otros síntomas.

Está demostrado que la actividad física de baja intensidad como el caminar, pasear en bicicleta o el yoga pueden mejorar sustancialmente tu calidad de vida durante el tratamiento, reduciendo los efectos secundarios tanto físicos como psicológicos derivados del mismo.

¿qué beneficios nos puede aportar?

Según la aecc:

Diversos estudios, han demostrado que determinados síntomas como son náuseas, astenia (sensación de cansancio), alteraciones en el sueño, dolor, ansiedad y depresión mejoran significativamente en el grupo de personas que realizaban ejercicio aeróbico varios días a la semana (caminar, gimnasia de mantenimiento…) respecto al grupo de personas que no realizaban ningún tipo de actividad física.

Otro aspecto que debes tener en cuenta, es que en ocasiones los tratamientos oncológicos pueden hacerte ganar peso. Una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras y la realización de ejercicio físico moderado pueden prevenir una ganancia de peso importante.

 

A continuación te damos una serie de sugerencias que te pueden ayudar a seguir estando activo incluso durante el tratamiento:

  • Habla con tu oncólogo sobre la posibilidad de hacer alguna actividad física y sigue sus consejos.
  • Piensa qué tipo de ejercicio te apetece hacer y, si es posible apúntate a un gimnasio o pide a un/a amigo/a o familiar que te acompañe. En este momento el apoyo social es importante y te puede ayudar a cumplir con tu propósito.
  • Planifica tu tiempo y fija una hora para hacer la actividad física que hayas elegido.
  • El día que recibes tratamiento y los días posteriores o si te encuentras más cansado, reduce la actividad tanto en intensidad como en tiempo. En ese caso sería suficiente 5 o 10 minutos al día (aunque estés cansado el ejercicio puede ayudarte a controlar síntomas).

Evita hacer ejercicio que te deje extenuado, el propósito no es entrenarse para una competición, sino obtener los beneficios de una vida activa y, con 30 minutos diarios es suficiente.

 

Después:

Es muy habitual el aumentar de peso debido a la quimioterapia y a los tratamientos hormonales y el ejercicio físico junto con una correcta alimentación pueden ayudarte a tener tu peso ideal. Además, en la actualidad existen muchos estudios que demuestran que la realización diaria de ejercicio físico mejora la salud y la calidad de vida de las personas tratadas por cáncer, ya que permite reducir el cansancio, incrementar la fuerza muscular y además tienen efectos psicológicos positivos por que disminuye la ansiedad y la depresión.

 

¿Cómo hacerlo?

Te hemos hablado de los beneficios del ejercicio antes, durante y después del cáncer, pero es muy importante que este ejercicio esté adaptado a ti. Por ello siempre te recomendamos que consultes a profesionales de la actividad física que sepan adaptar el ejercicio a las indicaciones de tus médicos y que se vayan adaptando a las distintas fases del proceso.

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Afrontamiento psicológico

La observación de la realidad, la sabiduría popular y el sentido común apoya el hecho de que el sufrimiento emocional en el formato que sea: estrés, ansiedad, depresión, dolor emocional provocado por pérdidas de personas o bienes, humillación o maltrato; favorece el desarrollo de enfermedades, incluido el cáncer. Teniendo esto en cuenta tanto médicos como familiares y amigos de la persona enferma hacen hincapié en la necesidad de “mantener alto el ánimo” y “confiar en el tratamiento”, sin embargo esto, especialmente en el caso del cáncer no es fácil, añadiéndose a esta dificultad el hecho de que la mayoría de las veces el paciente no sabe cómo hacerlo. Como me decía un paciente: ¿Cómo se mantiene alto el ánimo cuando uno tiene un diagnóstico de adenocarcinoma de pulmón de estadio IV A en pulmón con múltiples focos de metástasis repartidos por el tórax? ¿Cómo se mantiene alto el ánimo cuando uno ya se ha leído todo lo habido y por haber sobre el pronóstico para ese tipo de diagnóstico?

No tengo una respuesta que le pueda servir a todo el mundo para esas preguntas u otras similares, tan solo puedo explicarle algunos hechos que puede que le ayuden a tomar decisiones y emprender acciones que, complementando a su tratamiento médico, le ayuden en el proceso de afrontamiento de la enfermedad y ¿por qué no?, de curación. La investigación científica y la experiencia clínica demuestran que es la acción, el asumir un mayor control de la situación es lo que más favorece tener ese “ánimo alto”.

Hecho nº 1. Los efectos placebo y nocebo existen. La investigación científica ofrece múltiples resultados en los que se demuestra que un porcentaje muy elevado de pacientes experimentan mejorías, incluso curaciones, o empeoramiento en el desarrollo de su enfermedad en función del grado en que “creen” que el tratamiento que se les está administrando es el más adecuado o no lo es para el tratamiento de su enfermedad; de hecho el control de estos factores resulta clave para diferenciar los medicamentos “eficaces” de los “no eficaces”. La cuestión es la siguiente: si estos efectos existen, y está demostrado que existen, ¿Qué causa esa mejoría o empeoramiento de la enfermedad? La respuesta es obvia, si la responsabilidad no es de la medicación sino de la creencia, entonces la responsable es la mente, luego la mente tiene la capacidad de curar.

Para más información sobre este hecho pueden ver los capítulos 134 y 135 de la serie documental Redes para la Ciencia, en las que Eduardo Punset entrevista a Irving Kirsch, director asociado del Programa de Estudios del Placebo de la Universidad de Harvad. Ambos documentales están disponibles en la página web www.rtve.es/alacarta.

Hecho nº 2. Nuestros pensamientos y nuestras emociones se manifiestan en nuestro cuerpo. ¿Se ha ruborizado en algún momento al sentir vergüenza? ¿Qué siente en el cuerpo y dónde cuando le dan una noticia desagradable? ¿Qué sintió en su cuerpo la última vez que sufrió un desengaño amoroso o vivió una ruptura? ¿Qué siente ahora en el cuerpo cuando recuerda aquello que fue tan desagradable en su vida? La separación entre mente y cuerpo es totalmente artificial lo mental y emocional afectan al cuerpo y el estado del cuerpo afecta a lo que pensamos y a las emociones que vivimos, en este marco la Psiconeuroinmunología, disciplina científica que estudia las relaciones entre mente, emociones, neurología y funcionamiento del sistema inmunológico ha demostrado que la respuesta de alto estrés sostenido provocado por cualquier causa afecta gravemente la salud, favoreciendo el desarrollo y agravamiento de las enfermedades, también del cáncer. Igualmente está demostrado que un adecuado manejo de esa respuesta de estrés contribuye en gran medida a la mejoría y curación.

Permítame, que a partir de estos dos hechos incontrovertibles y de las enseñanzas del Dr. O. Carl Simonton, oncólogo, especialista en radiología y uno de los pioneros en el estudio de las técnicas basadas en la relación mente-cuerpo para el tratamiento del cáncer, resuma algunas de las conclusiones más relevantes que la ciencia y la experiencia clínica han reportado en el ámbito del afrontamiento psicológico de la enfermedad y específicamente del cáncer:

  • Todos los humanos somos seres físicos, mentales y emocionales. En el amplio contexto de la curación es necesario tener en cuenta todos estos aspectos, centrándonos en las necesidades y predisposiciones particulares de la persona enferma, su familia, su comunidad y su cultura.
  • Las emociones influyen significativamente en la salud y en la curación de la enfermedad (incluido el cáncer). Las emociones son una fuerza que ejerce una gran influencia en el sistema inmunitario y otros sistemas de curación del cuerpo
  • Las creencias influyen en las emociones y, por medio de ellas en la salud.
  • Usted puede influir significativamente en sus creencias, actitudes y emociones, es decir, que puede influir significativamente en su salud.
  • La manera de influir en las creencias, actitudes y emociones se puede enseñar y aprender mediante el uso de diversos métodos, que existen y a los que se puede acceder.
  • Todos tenemos capacidades autocurativas, de hecho todo ser vivo intenta autorregularse y curarse cuando está enfermo, el cuerpo está hecho para curarse cuando enferma; y todos tenemos la capacidad de aprender a utilizar más eficazmente esas capacidades autocurativas que operan a través de mecanismos psiconeuroinmunológicos

Confío en que lo dicho hasta aquí haya conseguido estimular su curiosidad y como mínimo el deseo de continuar infamándose sobre sobre estos métodos y en su caso de utilizar alguna de las técnicas que siguen, guiadas por profesionales competentes hasta que las domine por sí mismo y pueda autoaplicárselas.

  • Técnicas de relajación. El objetivo es la activación del sistema nervioso autónomo parasimpático y de su mano la activación de los procesos reparadores del cuerpo, entre ellos la del sistema inmunitario.
  • Visualización. Sumada a una técnica de relajación aporta recrear mentalmente una situación agradable que incrementa la respuesta reparadora del cuerpo.
  • Hipnosis. Técnicas que en su aplicación científica y clínica no tienen nada que ver con lo que usted haya visto en espectáculos, y cuyo objetivo en este ámbito, entre otros, puede ser crear un estado modificado de conciencia en el que pueda focalizar la intención en provocar un determinado fenómeno mental, emocional y/o fisiológico, como por ejemplo: necrosar un tumor, incrementar la producción de determinadas células como linfocitos o glóbulos rojos, manejar el dolor o los efectos secundarios de los tratamientos médicos, etc.
  • Meditación. Creación de un estado modificado de conciencia en el que la persona autorregula su atención y, dependiendo de la técnica utilizada, focaliza la atención y la intención en objetivos similares a la hipnosis, o en el caso de tener creencias de tipo espiritual en objetivos de este último tipo.

Puede que además de las técnicas anteriores sea necesario poner en marcha procesos psicoterapéuticos más completos para su caso en particular, pero desde luego y como mínimo sería bueno que pusiera en marcha alguna de las técnicas anteriores. Mi recomendación, como siempre, es que se documente y en su caso obtenga más información de un profesional con la debida preparación y experiencia, especialmente si tiene cáncer, hay muchos en nuestro país, pero permítanme dar solo la referencia de los que conozco personalmente y de los que puedo dar fe de su buen hacer en este campo:

Germán Tornos Gracia     Zaragoza      Tel: 616 964483 (pág. web en construcción).

Instituto Erickson               Madrid           www.institutoericksonmadrid.com

 

Autor: Germán Tornos Gracia

Psicólogo (Homologado en Psicología Sanitaria) Nº Col A-670

Europsy Especialista en Psicoterapia (EFPA)

Psicoterapeuta (FEAP)

Coach Nutricional Macrobiótico